
Manuela ayer viernes en la cantina improvisó un exquisito postre que cautivó mis cinco sentidos: primero es un plato muy aparente a la vista, a la vez huele a bendición de santo (concretamente Santiago apostol) y, por supuesto, sabe delicioso. Pero también intervino el tacto, pues me tocó la fibra sensible; y el oído, porque me sonaba que ya había probado yo esto antes.
¿Cómo se prepara semajante manjar? Pues parecde sencillo, amigas y amigos, pero ojo! porque las primeras veces igual os queda algo pobre y, si no seguís rigurosamente los pasos, quizá este postre no sea un regalo para los cinco sentidos sino sólo para tres o dos o directamente una tortura incomestible pero muy laxante. Fijaos bien en el proceso:
1-Para empezar, cogemos dos kiwis que sean hermosos y los ponemos a la solanera hasta que se quemen y luego se pelen.
2-A continuación, llenar un vaso con 250ml de agua y beberlo de un trago y boca abajo. Ojo! Este paso sólo lo haremos siempre con el cubo y la fregona a mano y sólo en caso de tener hipo. Si no, seguiremos con la receta de la tarta.
3-Una vez pelados los kiwis, empezar a decirles cosas graciosas hasta que se partan. Al principio puede costar porque estén los kiwis algo cohibidos, por lo que es aconsejable tener a mano también una cubitera y romper el hielo.
4-Bien, con los kiwis partidos en dos empieza la parte más complicada de la preparación: hay que esforzarse ahora por ser muy borde con los kiwis y meterles varios cortes, de tal manera que queden totalmente cortados ahí en su plato sin decir nada, los pobres. Cuidado, porque si nos pasamos de bordes los kiwis pueden adquirir un color rojo nada apetitoso (aunque para gustos los colores). Y otra cosa: cuanto más sofisticados sean los cortes más finicas nos quedarán las rodajas de kiwi, eso ya va en gustos. Yo, por ejemplo, les dije: "De Nueva Zelanda cada vez venís los kiwis más insípidos, menos mal que para el tracto instestinal...". Y me salieron así rodajas de 2 milímetros, así que mejor no probéis con improperios mayores.
5-Con las rodajitas de kiwi solapadicas en el plato se compone un pequeño círculo, en cuyo centro sin ir más lejos irá el trozo de tarta de Santiago. ¿Cómo llenar ese círculo con la tarta? Esta es sin duda la parte más sencilla de la receta, pues basta con haberla comprado en una buena confitería. Lo único, eso sí, primero deberíais haber formulado al pastelero estas dos preguntas: ¿esta tarta de Santiago es casera? ¿y es jugosa?. Basta con que la respuesta a ambas haya sido afirmativa (aunque no sea verdad, como seguramente ocurra) para estar convencidos de haber elaborado una auténtica “Tarta de Santiago Casera y Jugosa de Kiwi cortado en Rodajas”. Por cierto, para cuatro raciones es indiferente el tamaño de la tarta, pero sería preciso cortarla en aproximadamente cuatro trozos. Esto lo he calculado a ojo de buen cubero, por favor repasadlo cuando os pongáis. ¿Y cómo cortamos los trozos? Pues, como es natural, siempre con un cuchillo apropiado. Es lo más rápido, sencillo y curioso.
GRACIAS, MANUELA, POR TU RECETA!!!
11 septiembre 2010
4-Bien, con los kiwis partidos en dos empieza la parte más complicada de la preparación: hay que esforzarse ahora por ser muy borde con los kiwis y meterles varios cortes, de tal manera que queden totalmente cortados ahí en su plato sin decir nada, los pobres. Cuidado, porque si nos pasamos de bordes los kiwis pueden adquirir un color rojo nada apetitoso (aunque para gustos los colores). Y otra cosa: cuanto más sofisticados sean los cortes más finicas nos quedarán las rodajas de kiwi, eso ya va en gustos. Yo, por ejemplo, les dije: "De Nueva Zelanda cada vez venís los kiwis más insípidos, menos mal que para el tracto instestinal...". Y me salieron así rodajas de 2 milímetros, así que mejor no probéis con improperios mayores.
5-Con las rodajitas de kiwi solapadicas en el plato se compone un pequeño círculo, en cuyo centro sin ir más lejos irá el trozo de tarta de Santiago. ¿Cómo llenar ese círculo con la tarta? Esta es sin duda la parte más sencilla de la receta, pues basta con haberla comprado en una buena confitería. Lo único, eso sí, primero deberíais haber formulado al pastelero estas dos preguntas: ¿esta tarta de Santiago es casera? ¿y es jugosa?. Basta con que la respuesta a ambas haya sido afirmativa (aunque no sea verdad, como seguramente ocurra) para estar convencidos de haber elaborado una auténtica “Tarta de Santiago Casera y Jugosa de Kiwi cortado en Rodajas”. Por cierto, para cuatro raciones es indiferente el tamaño de la tarta, pero sería preciso cortarla en aproximadamente cuatro trozos. Esto lo he calculado a ojo de buen cubero, por favor repasadlo cuando os pongáis. ¿Y cómo cortamos los trozos? Pues, como es natural, siempre con un cuchillo apropiado. Es lo más rápido, sencillo y curioso.
GRACIAS, MANUELA, POR TU RECETA!!!
11 septiembre 2010
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